
Tomás Ruiz, tercera generación de Taberna Casa Manteca
¿Desde cuándo existe Taberna Manteca?
Mi abuelo se llamaba Lorenzo Ruiz Manteca. Como ves, Manteca es el apellido, la gente se cree que es apodo, pero es apellido. Él fundó Casa Manteca. Vino de pequeño desde Santander y con solo 10 años empezó a trabajar en un local del barrio de La Viña, obviamente eran otros tiempos.
Después de trabajar, lo dejaban encerrado dentro del almacén hasta el día siguiente cuando abrían, y a seguir trabajando…, y así de lunes a lunes, no había ni un solo día de descanso.
Después de eso se fue a trabajar al Manteca y pasado el tiempo se quedó en 1953 con el negocio, que entonces era una parte taberna y otra de ultramarinos.
Mientras, mi padre se hizo novillero y participó en más de cien corridas con el nombre de Pepito Ruiz Manteca. Luego se puso a exportar gallos de pelea a América, después marchó a Alemania, pasó por Miami y al final se quedó en Casa Manteca. Entonces, mi abuelo se jubiló y montó una pajarería, porque era su pasión, y mi padre modernizó Casa Manteca, montando tertulias de fusión entre literatos, flamencos, mariscadores, entre gente pudiente y gente humilde del barrio, hasta crear un ambiente de todo tipo de gente de diferentes clases sociales.
Con 20 años entré a ayudar a mi padre, también mi hermano, y ya son 30 años los que llevo aquí. Le dimos otro giro subiendo la calidad y también los precios.
Hoy en día es un sitio emblemático, a la gente le gusta este tipo de lugares auténticos.
¿Cómo se presenta el Carnaval?
Estamos en el corazón del carnaval con lo que ello supone, tenemos que doblar el personal para que solo trabajen las horas que deben, nos gusta cuidar a nuestra gente en el trabajo.
Somos un punto de encuentro en la capital gaditana en estas fechas. Desde que empieza el concurso del Teatro Falla ya se nota un aumento del ambiente y ya es un no parar hasta el final de los carnavales.
Además, hemos empezado a meter tapas calientes, estamos haciendo cosas nuevas.

Por Casa Manteca pasa mucha gente famosa…
Sí, sobre todo toreros porque eran amigos de mi padre, pero también rejoneadores, cantantes, periodistas, actores, mucha gente del mundo de la farándula…
En la época de la farándula y el flamenco hemos empalmado incluso días enteros sin cerrar, solo cerrábamos la puerta al público y nos quedábamos hasta abrir al otro día…, afortunadamente eso lo quitamos por el bien de todos.
¿Qué le podemos recomendar a los lectores de G&T?
Los chicharrones especiales con sal y limón es los más típico de aquí, y un queso payoyo con mermelada de espárrago verde, además de las albóndigas y todo lo ibérico de bellota, la paletilla, mejillones…, la verdad que tenemos una buena variedad.
De beber, sin duda, la cerveza es la estrella, se tira mucha, pero también el vino blanco y el tinto.
La evolución ha sido importante.
Hasta hace pocos años apuntábamos las cuentas con tiza en el mostrador, hoy tenemos ordenador y hasta redes sociales como Instagram y Facebook, estamos avanzando con los tiempos.
Un cliente muy recordado que haya parado por aquí.
El más conocido y más especial fue Camarón de La Isla. Le encantaba venir y estar en una zona tranquila con una mesa pequeña y en lo ‘oscurito’, y ahí se pegaban unos cantes y disfrutaba. En aquella época no había mucha gente en el local y se encontraba muy tranquilo; venía de La Línea con su hermano, con Paco Puerto, M. de Marsella, se apuntaba Juan Villar, Luis de la Pica desde Jerez…, se montaban algunas fiestas bastantes buenas.
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